Se espera que la creciente concienciación sobre la sostenibilidad medioambiental y el uso de materiales ecológicos en la fabricación de moquetas impulsen el mercado de las moquetas en rollo sostenibles, así como el de las losetas de moqueta. Los fabricantes se están centrando en ofrecer productos respetuosos con el medio ambiente para satisfacer las cambiantes preferencias de los consumidores por opciones asequibles de suelos ecológicos y sostenibles.
La industria de las alfombras ya está alineada con la industria textil con el uso de hilos, de base biológica pero también muchos de base fósil como PP, PET, PE y PA. El reciclado de estos hilos puede realizarse en las mismas plantas de reciclado creadas para la industria textil en general (ropa, prendas de vestir, tapicería).
El mayor reto podría ser utilizar una moqueta de un solo material. Esto plantea algunos retos, ya que para muchos textiles, incluidos los técnicos, la resistencia del producto procede de los compuestos. Los compuestos suelen ser un material ensamblado.
Las alfombras suelen estar formadas por un aglutinante, una pantalla de soporte (como el reverso) y una segunda capa de soporte. En Europa se suele utilizar Styren Butadien como aglutinante. El estireno butadieno es un polímero reticulante no termoplástico. Estas propiedades hacen que sea muy difícil reciclar el material en sí, o separar las fibras de la moqueta del soporte. Las fibras de moqueta son el producto más valioso de una moqueta, y el primer objetivo de los recicladores sería obtener estas fibras de un proceso de reciclado.
Normalmente, el aglutinante VAE es soluble y termoplástico, lo que permite separar las alfombras de sus materias primas originales, como el lino, el aglutinante y el relleno. Además, al ser termoplástico, el VAE puede reciclarse mecánicamente.